miércoles, 20 de julio de 2011

La albahaca, una hierba sagrada

La ramita de albahaca siempre ha tenido buena reputación. Todos hablan bien de ella, tanto por su aroma como por su sabor. Tiene tan buen fama que hay como un halo sagrado que la cubre.

Se dice que esta planta originaria de la India creció alrededor de la tumba de Cristo después de su resurrección. Y en algunas iglesias ortodoxas griegas la usan para preparar su agua sagrada y ponen floreros de albahacas debajo altares.

Es más, se cree que su nombre es una abreviatura de Basilikon phuton (en inglés albahaca es basil), expresión griega que significa hierba majestuosa.

Pero, como siempre, ante tanta belleza no faltan los detractores. La historia también cuenta que entre griegos y romanos se extendió la creencia de que, para asegurar la germinación de la albahaca, se debía maldecirla al momento de sembrarla. Y con el tiempo se fue más allá: en Europa Occidental se llegó a afirmar que era una planta del diablo y un remedio contra las brujas.

Leyendas por confirmar. Lo cierto es que es buena para espantar, pero insectos. Según el médico homeópata Germán Zuluaga, autor de El nuevo libro de las plantas para el cuidado de la salud, en muchas regiones se siembra para ahuyentar los moscos y atraer las abejas . Y según el libro, Herbs for the home es recomendable tener una mata de albahaca en la cocina para repeler insectos voladores. Es fácil, solo se necesita una matera, buena tierra, suficiente agua (no le gusta que llegue la noche y esté mojada) y un clima templado o cálido.

Según este libro escrito por Jekka Mc Vicar, también sirve de repelente contra los mosquitos en tierra caliente. Parta una hoja y pásela por su piel, el jugo de la hoja repele los mosquitos . Se dice, además, que es inhibidora del crecimiento de los bichos y ayuda a controlar polillas, arañas y moscas, entre otros.

Pero esta no es la única habilidad de la albahaca. Según Zuluaga, tiene propiedades medicinales, es digestiva, sirve como calmante y ayuda a cicatrizar heridas. La albahaca tiene un alto contenido de aceites esenciales que le dan estos efectos medicinales. La infusión de esta planta después de las comidas contribuye a mejorar la digestión. También es un buen calmante en casos de cólicos o dolor de estómago, pues actúa como un antiespasmódico.

No solo Zuluaga sino otros especialistas recomiendan igualmente la albahaca cuando se presentan fisuras en los pezones de las mujeres lactantes. En estos casos se debe macerar la ramita de albahaca con un poco de aceite de oliva o de almendras para aplicar sobre el pezón maltratado. La albahaca ayuda a cicatrizar y actúa como un emoliente , dice Zuluaga.

Y a propósito de madres lactantes, también dicen que la albahaca es buena para mantener la buena producción de leche. En este caso, recomiendan el cocimiento de flores de albahaca en medio litro de vino blanco bien caliente.

Aroma relajante. No solo las propiedades medicinales hacen de la albahaca una planta sagrada. Sus poderes van más allá. Por ejemplo, los indígenas del Chocó siembran y utilizan siete variedades distintas de esta planta para tomar sus ramitas y hacer baños para la buena suerte.

Y en materia de aromaterapia, la esencia floral de albahaca se utiliza mucho para integrar la sexualidad con la espiritualidad. La mayoría de la gente piensa que sexualidad es solo la genitalidad, pero si se toma albahaca, se dan cuenta de la importancia de la comunicación en otros campos, que tienen que interactuar, de lo importante que es que dos personas se junten a hablar y se sintonicen, dice Esperanza Niño, de la revista Notas de Luz.

Según Niño, el aceite esencial de albahaca prepara a las personas para que armonicen con el ambiente. El aroma de la albahaca relaja y pone bien a la gente para asumir las cosas de una manera positiva. Por eso vale la pena incluirla en los arreglos florales. Para muchos, este aroma tan agradable, ayuda a aliviar la fatiga mental.

Por su aroma, la albahaca fue utilizada por las indígenas como perfume. Ellas llevaban ramitas en el cuello o en las muñecas para oler rico.

En la mesa las propiedades mágicas y medicinales de la albahaca no han sido tan difundidas como las culinarias.

En la cocina sí que se utiliza esta planta. Su sabor es reconocido en todo el mundo desde el siglo XVI, gracias a los comerciantes de condimentos que la sacaron de la India y la difundieron por el Mediterráneo, de donde pasó al Nuevo Mundo.

Su sabor es único y aumenta cuando se cocina. Por eso, muchas veces es mejor ponerla al final de la cocción y no combinarla con otros sabores exquisitos, pues suele anularlos.

Es un buen ingrediente para agregar a salsas, ensaladas y pastas. Y para condimentar pescados y arroces.
Según el libro Herbs for the home, estos son algunos secretos para utilizar mejor la albahaca en la cocina.

1. Rasgue las hojas en lugar de cortarlas. Riéguelas sobre ensaladas verdes o tomates tajados.
2. La albahaca combina muy bien con ajo.
3. Cuando cocine pasta o arroz, caliente un poco de aceite de oliva en una cuchara, quítela del calor, agregue albahaca y vierta en la olla donde está cocinando. Use limón con albahaca a la hora de cocinar platos de pescado.
4. Agregue albahaca al arroz frío o a las ensaladas de pasta.
5. Mezcle crema de queso baja en grasa con albahaca y rocíe con esto tomates. Llévelos al horno.
6. La albahaca no combina bien con las carnes fuertes como la cabra o el venado.
7. Riegue albahaca encima de las pizzas.
8. La albahaca es muy buena para preparar pollo combinada con ajos, miga de pan, corteza de limón, huevos batidos y nueces picadas.
9. Use siempre hojas frescas. Las secas pierden sus esencias.

En la comida italiana es muy apreciada y por eso, por ejemplo, es la base de la salsa pesto, ideal para pasta.

Salsa pesto (4 porciones) Ingredientes Una cucharadita de nueces molidas 4 cucharaditas de hojas de albahaca 2 dientes de ajo 75 gramos de queso parmesano 6 cucharadas de aceite de girasol o de oliva Preparación Mezcle las nueces molidas, la albahaca y el ajo picado hasta que empareje. Agregue lentamente el aceite y continúe batiendo la mezcla hasta que tenga pasta espesa. Sazone con sal al gusto. Eche la salsa sobre la pasta y agregue queso parmesano.

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